REDACCIÓN. – Miles de libaneses desplazados por el conflicto entre Israel y Hezbollah comenzaron este miércoles a regresar a sus hogares en el sur del Líbano, desoyendo las advertencias de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de evitar estas zonas mientras continúe el despliegue militar.
El alto el fuego, que entró en vigor a las 04:00 de la madrugada tras casi 14 meses de enfrentamientos, que se intensificaron desde el mes de septiembre, cuando las FDI lanzaron una serie de operativos especiales para desmantelar la infraestructura de Hezbollah.
A pesar de las restricciones, miles de familias abarrotaron la carretera que conecta Beirut con el sur del país, en vehículos cargados con colchones y pertenencias personales. En ciudades como Sidón y otras localidades cercanas a la frontera, el tráfico estaba completamente detenido por el flujo masivo de retornados.
El portavoz en árabe de las FDI, coronel Avichay Adraee, instó a los desplazados a no regresar aún, afirmando que las tropas israelíes continúan desplegadas en posiciones estratégicas del sur del Líbano como parte del acuerdo mediado por Estados Unidos y Francia. “Por su propia seguridad y la de sus seres queridos, abstenerse de desplazarse a la zona”, publicó Adraee en la red social X.
Por su parte, el ejército libanés pidió a los ciudadanos que esperen a que las tropas israelíes se retiren completamente antes de regresar a las aldeas cercanas a la línea fronteriza. Sin embargo, los llamados no lograron disuadir a miles de desplazados que, en caravanas, regresaron a sus hogares en áreas devastadas por los bombardeos israelíes.
Escenas de retorno y escalada
En los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbollah, y en localidades rurales del sur del país, el retorno estuvo marcado por celebraciones. Militantes del grupo islamista ondeaban banderas amarillas mientras grupos de vecinos se congregaban para reconstruir sus viviendas destruidas por los ataques.
El conflicto estalló tras el ataque de Hamas en Israel el 7 de octubre de 2023, que llevó a Hezbollah a abrir un segundo frente en apoyo al movimiento palestino. La escalada culminó con una invasión terrestre israelí en septiembre y bombardeos masivos que arrasaron aldeas enteras en el sur del Líbano, donde los islamistas tenían bases de operaciones.
Israel acusa a Hezbollah de planear ataques contra el norte de su territorio. Las fuerzas israelíes enfrentaron fuerte resistencia sobre el terreno y una constante ofensiva de cohetes y drones lanzados desde territorio libanés.
El acuerdo de alto el fuego prevé una tregua inicial de dos meses durante la cual Hezbollah deberá retirar a sus combatientes del sur del país, mientras que las tropas israelíes regresarán a su lado de la frontera. Najib Mikati, primer ministro libanés, confirmó que el ejército libanés reforzará su despliegue en estas áreas en coordinación con fuerzas de paz de la ONU.
Desafíos y tensiones latentes
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que Israel mantendrá su libertad de acción militar en caso de que Hezbollah viole el acuerdo. “Si intentan rearmarse, atacaremos”, advirtió.
En paralelo, Estados Unidos espera que este acuerdo permita estabilizar la región. El presidente Joe Biden calificó la tregua como un “nuevo comienzo” para Líbano y reafirmó su compromiso de buscar una solución similar para el conflicto en Gaza, donde continúan los bombardeos.