La crisis por la contaminación del agua en la alcaldía Benito Juárez llega en el peor momento posible. En mitad de una fuerte sequía, la Ciudad de México reconoció la presencia de aceites y lubricantes en la red de suministro pública. Como consecuencia, decenas de vecinos y vecinas afectados han cortado este martes el cruce de la Avenida Insurgentes y Xola para exigir una solución inmediata. “¡Queremos agua limpia! ¡Queremos agua limpia!”, gritaban los vecinos ante la respuesta lenta de las autoridades.
Las alarmas saltaron hace dos semanas cuando varias denuncias ciudadanas alertaron de que el agua de sus casas olía a químicos, tenía un sabor raro y provocaba afectaciones en la piel y los ojos. Desde entonces, la información ha llegado a cuentagotas. Las autoridades se han limitado a decir que continúan investigando las causas y que hasta el momento se desconoce el origen de la contaminación.
Por su parte, la secretaria de Salud local, Oliva López, cuestionada por el tema, ha recomendado este martes a los afectados no consumir el agua si presenta un aspecto turbio. “¿Dicen que el agua no es de consumo humano y no avisan con un comunicado oficial a la gente para que se cuide?”, reclama Cristina Montemayor, vecina de la colonia Del Valle. “Primero nos dijeron que mentíamos, luego, que todo fue parte de la histeria colectiva; ahora nos dan la razón”, agrega la mujer.
Los vecinos se quejan de la opacidad con la que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) ha manejando la crisis y reclaman que desde el Gobierno de la capital no se haya implementado ningún protocolo sanitario. “Queremos saber qué está contaminando el agua”, dice Lucina Leo, una ingeniera agrónoma, habitante de la colonia Insurgentes. Los vecinos han pedido una reunión con el coordinador general de Sacmex, pero hasta el momento, el caso solo ha sido atendido por funcionarios de menor rango.
Otra vecina de la colonia Nápoles que prefiere no dar su nombre, ha traído al plantón varias muestras de agua de su casa. Cuando las agita, una espuma blanquecina aparece en la superficie. El olor a químicos puede apreciarse al destapar las botellas. “Este es el agua con la que tenemos que bañarnos, lavar la ropa, regar las plantas y ni siquiera se puede filtrar porque los filtros caseros se echan a perder”, comenta.
Pese al primer intento de las autoridades locales por minimizar el problema, las denuncias por la contaminación aumentaron tanto que tanto Protección Civil como Sacmex fueron a tomar muestras a cientos de casas afectadas para su análisis, pero los resultados no son públicos. “Eso nos da que pensar que se trata de algo muy grave”, dice otro vecino. Paralelamente, la alcaldía Benito Juárez ha registrado más de 300 denuncias en las diferentes colonias, de acuerdo al alcalde Jaime Mata Salas.
Cada día aparecen más afectados. Este es el caso de Rosa, una mujer que se ha acercado a la protesta con su hijo de un año para tener más información. “No me preocupa tanto por mí, pero él es un bebé y me da miedo que algo le pueda pasar”, explica. Omar García, vive en la Nápoles y muestra los problemas que el agua le está causando en la piel desde hace 10 días. Tiene las manos con grietas y varias heridas en los nudillos. “Empecé con resequedad y comezón. No le di importancia, hasta que varios vecinos empezaron a tener los mismos problemas y nos dimos cuenta de que podía ser el agua”, asegura.
Hasta el momento se desconoce el origen exacto de la contaminación, aunque el Gobierno de Ciudad de México ha identificado el lugar con mayor presencia de químicos en el poniente de la alcaldía, cerca de las colonias Nonoalco, Nochebuena y la zona de Mixcoac. Pese a ello, vecinos de otros puntos como Insurgentes, Del Valle Centro, Del Valle Norte, Nápoles, Tlacoquemécatl, San Juan, Ciudad de los Deportes y Narvarte se han quejado de los mismos problemas. Un problema que afectaría a miles de personas.
El Comité Vecinal de la Benito Juárez ha exigido a las autoridades a través de un comunicado que se den a conocer a la mayor brevedad los resultados de los análisis y las medidas de prevención ante el riesgo para la salud. “¡Queremos agua limpia! ¡Queremos agua limpia!”, han vuelto a corear los vecinos mientras sostenían pancartas y carteles. “Demandamos que se cumpla con el derecho humano y constitucional al agua que tenemos los ciudadanos”, ha afirmado Patricia Camps, vocera del comité.
El grupo no descarta emprender acciones legales por la mala gestión de la crisis y el riesgo para la salud de los afectados. “La ignorancia mata, queremos respuestas”, ha recalcado Camps. “¿De dónde sale ese aceite? Para que ese olor y esa textura lleguen a nuestras casas, estamos hablando de que podrían ser millones de litros de contaminante”, ha concluido la vocera.
Con cada día que pasa, el silencio de las autoridades se vuelve más atronador. Los vecinos, mientras tanto, siguen a la espera de soluciones.
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