Este 4 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual, una iniciativa respaldada por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) que busca concienciar sobre la importancia de este aspecto fundamental de la vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la buena salud sexual como un estado de bienestar físico, emocional y social que abarca experiencias sexuales placenteras y seguras, basadas en el respeto y la protección de los derechos humanos.
En el ámbito de las relaciones de pareja, la toma de decisiones significativas como la planificación familiar o el uso de anticonceptivos debe ser un acuerdo mutuo, fundamentado en la comunicación, para fomentar una relación sexual saludable y respetuosa para ambas partes.
La campaña del año anterior de la WAS se centró en la importancia del consentimiento en las relaciones sexuales, destacando la necesidad de evitar cualquier forma de agresión física o verbal, así como de rechazar el coito forzado.
En muchos contextos, la sexualidad sigue siendo un tema tabú, y en el país caribeño no es la excepción. La falta de información proporcionada por los padres a sus hijos sobre cuidados de salud sexual, métodos anticonceptivos y aceptación de su propio cuerpo en el ámbito sexual constituye un desafío importante.
Esta jornada anual invita a reflexionar sobre los avances alcanzados y los desafíos persistentes en el acceso a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual apropiados.
Las estadísticas presentadas por el Ministerio de Salud Pública y la Organización Panamericana de la Salud revelan una realidad preocupante en el país caribeño. Hasta el año 2022, se estima que unas 79,000 personas de diversas comunidades están afectadas por la epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), con 4,100 nuevas infecciones anuales y aproximadamente 1,500 muertes anuales, lo que subraya la importancia de la prevención y la educación en este ámbito.